Autobiografía | Roberto Patrón Zepeda - 8

 

Autobiografía

 

 

Roberto Patrón Zepeda

 

Última actualización: Septiembre 21, 2014 - 9:36 p.m.*

 

 

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Contenido

 

 

 

 


-21:59 Llamada al 916-53-51 a Norma. No contestan.


-22:56 Llamada al 01 664 974 05 49 a Jorge, a su casa. Se oyó que alguien descolgó el teléfono, pero no contestó.


-22:58 Llamada al 01 664 974 05 49 a Jorge, a su casa. Contestó él. Me dice que no ha hablado con Norma. Dice que él no cree que sea necesario hablar con ella, porque ella ya tomó una decisión y Daniel también y él no cree que la vaya a cambiar él (Jorge). "Yo también soy de la idea parecida a la de ellos, Roberto", me dijo. Dice que no cree que cambiando las inyecciones por pastillas las cosas vayan a cambiar. Dice que dejaría yo las pastillas, porque no estoy convencido de estar enfermo, y que mientras no esté convencido no voy a tomar el medicamento.

Le dije que él quedó la semana pasada en hablarme por teléfono y no me habló y que por eso le vuelvo a hablar. Le pregunté si le preguntó a Daniel y Norma cuáles otros médicos han dicho que tengo esquizofrenia. Me contestó que la vida que he llevado "no es normal, no es de una persona sana". Le dije que el hecho de que me haya dedicado a la investigación científica durante muchos años no significa que esté enfermo, no significa que no sea una vida sana.

Me preguntó si le doy "chanza" de regresarme la llamada en media hora, para hablarle a Norma y preguntarle qué pruebas tiene de que tengo esquizofrenia. Le pedí que le pregunte a Norma los nombres de los médicos que supuestamente han dicho que tengo esquizofrenia. Le dije que tengo una hoja en la que aparecen las mentiras que dijo Norma junto con Pepe cuando fueron al Reclusorio Norte de la ciudad de México cuando estuve allí. "Bueno, eso fue para sacarte de ahí, supongo yo", me dijo. "No, al contrario, al contrario, al contrario por lo visto fue para hundirme más, porque dijeron puras mentiras. En una hoja tamaño carta dijeron la asombrosa cantidad de 33 mentiras, en mi contra", le dije. "No, pero te sacaron de ahí?" me dijo. "No, no me sacaron de ahí, nunca me ayudaron de ninguna forma", le dije. "Ah, ¿entonces tú saliste solo de ahí?" me preguntó. "Claro, claro, salí porque tenía que salir, fue el curso normal del proceso; pero no contrataron nunca ningún abogado, a pesar de saber que el abogado de oficio no sirve para nada", le dije.

"Hubo varias cosas por las que la Norma ni ninguno de mis familiares me ayudó; no pagaron la multa tampoco que se me impuso después de que se me declaró culpable, a sabiendas de que era yo inocente y de que por no pagarse esa multa sería yo condenado a tres años de trabajos", le dije.

Aquí es preciso señalar algo que ya otra veces he dicho: cuando menciono que ninguno de mis hermanos quiso pagar esa multa "pese a" (o, mejor dicho, "debido a") que todos ellos sabían muy bien que yo soy el único miembro de esta familia que está verdaderamente muy lejos de cometer delitos como los que en ese caso se me imputaron (debido a ello precisamente todos mis hermanos y hermanas me desprecian tal como lo harían ante un leproso), de ningún modo significo que yo piense que ellos tienen o han tenido alguna responsabilidad de pagar algo como eso en cuanto a mí, sino que solamente lo he dicho cuando cualquiera de ellos ha salido con la extrema y ridícula mentira de que me sacaron del reclusorio, cuando en realidad la única intención con que se movieron —sólo dos de ellos; todos los demás, entre ellos Jorge, se quedaron completamente inmóviles— en cuanto a mí al respecto en ese caso fue con la muy obvia intención de hundirme lo más posible. Y menciono su negativa a pagar esa multa no como una prueba de sus malas intenciones en cuanto a mí, sino como una de las pruebas de que no tuvieron ninguna buena intención hacia mí, además de otras también muy claras pruebas de que incluso tuvieron contra mí dichas pésimamente injustas intenciones.

Le dije que si quiere le mando por correo electrónico escaneada la hoja de las mentiras que Norma y Pepe (José César) dijeron contra mí, para que la vea también, y que está firmada y sellada por el médico. En lugar de aceptar esto, me salió con lo siguiente: "Bueno, ¿por qué no has hecho la petición a Norma de que te lleve con un médico y que diagnostique si tienes la enfermedad o no?", me preguntó enseguida. "No, porque sería caer en lo mismo de que ella dijera mentiras en mi contra, o sea de inducir el diagnóstico con mentiras, yo sé que eso sería lo que sucedería; o sea si ya dijo ella todas esas mentiras al médico de la ciudad de México, lo volvería a decir", le dije.

Enseguida le platiqué cómo me empujó Norma al suicidio cuando yo estaba en el reclusorio. Me dijo que no tengo para cuando terminar el libro que estoy escribiendo, como si eso fuera una justificación para que a alguien se le saque por la fuerza de su casa y se le encierre en un hospital psiquiátrico. Le dije que me falta cada vez menos tiempo (para terminarlo), aunque tanto él como yo sabemos muy bien que yo no tengo por qué dar al respecto esta explicación ni ninguna otra, y que di una solamente orillado a ello por las absurdamente injustas circunstancias que ellos —mis hermanos— me están imponiendo. Me dijo: "Lo que te decía es que por qué no ver otro médico y tú buscas la manera de que no haya un previo contacto de ella con el médico". Le contesté: "En Mazatlán es difícil encontrar médicos lo suficientemente capaces; pero podría ser que encontrara alguno", "pero el problema también es que..., yo de todas maneras lo pienso hacer, eso, lo de consultar a otro médico u otros médicos; no otro médico, sino otros médicos, para que no quede duda; pienso consultar varios, porque estoy seguro de que si consulto a varios todos me van a decir que no tengo esquizofrenia". "¿Y por qué no lo haces?", me preguntó.

Lo que le dije en respuesta a esa absurda proposición, se lo dije no porque realmente piense que sea necesario y justo que yo haga eso, ni, por supuesto, porque realmente piense hacerlo algún día, puesto que sé que no lo necesito para saber yo si estoy o no mentalmente sano o enfermo, ni tampoco para saber que acciones como muchas de las de ellos, entre ellas el homicidio cometido contra mi papá y enseguida el secuestro cometido también por ellos en mi contra como medio para "resolver" el problema de ese homicidio, son moral y psicológicamente de lo más bajo e insano que puede haber en un ser humano. Y tampoco me interesa ceder a hacer algo en ese sentido para contrarrestar una serie de abusos tan evidentes, respecto a los que es por demás obvio cuál es la reacción que, por apropiada, corresponde: denunciar los hechos públicamente, y hacer así patente quiénes son quienes realmente tienen un serio defecto moral y psicológico o psiquiátrico.

En realidad en ese momento de la grabación lo que debí haber hecho es preguntar a Jorge si su decisión de permitir que se abandonara a mi papá en la casa de la calle Constitución —actualmente mi casa— es la decisión de una persona mentalmente sana. Y debí haberle preguntado enseguida si le parece más normal y sana en los aspectos moral y psicológico esa decisión suya y de mis demás hermanos que mi decisión de dedicarme a la investigación científica; lo cual, por cierto, incluso dentro de un país muy atrasado como México, en que lamentablemente casi nadie se dedica a eso, es algo sólo por gente extremadamente atrasada juzgado como algo cuya anormalidad amerite que quien se dedica a ello sea internado en un hospital psiquiátrico. Pero en realidad el extremo atraso de mis hermanos no consiste, por supuesto, en pensar que realmente por ello yo o cualquier otra persona necesite ser hospitalizado (y hasta por la fuerza, como si por ello uno constituyera una amenaza o un peligro para los demás), sino que ese extremo atraso en ellos radica evidentemente en su extrema bajeza moral, y en la ingenuidad —cualidad inherente a toda persona abusiva o deshonesta— de pensar que con explicaciones como esa es posible justificar atropellos como esos. El único peligro que yo o cualquier otra persona como yo puede constituir no es para todos los demás, sino específicamente para el tipo de personas que cometen abusos serios, como los de mis hermanos en complicidad con otros de moral tan abyecta como la que ellos muestran en sus propios actos.

En los últimos meses que he publicado en Internet información respecto a mi manera de pensar y de sentir que hace por demás patente que estoy mucho más lejos que la mayoría de las personas de padecer una enfermedad mental (y extremadamente lejos de sufrir alguna que amerite hospitalización psiquiátrica, y hasta por la fuerza), se ha hecho evidente también que la causa de las injusticias que he padecido, por parte de mis hermanos y otras personas de moral tan vil como la de ellos, sí ha sido mi modo de pensar y de sentir —y mis conocimientos—; pero no porque éstos sean insanos ni retrógrados, sino, por el contrario, porque son mucho más sanos y progresistas de lo que por desgracia es normal en un país como este, México.

Y ahora que por fin he hecho pública por Internet una pequeña parte que hace ver con más que suficiente claridad en qué consiste la anormalidad de mi manera de pensar y de sentir, mis hermanos —y otros como ellos— podrían tratar de argumentar en su defensa que antes de esto no me conocían suficientemente, cuando la realidad es que ellos, y mis vecinos de enfrente los Gaeta Ibarra, así como otras personas que me han conocido de cerca, son de las personas que mejor me han conocido en mi vida: a través de muchos años y/o en estrecha cercanía; me han conocido mucho más, de hecho, de lo que hasta ahora cualesquiera otros han podido conocer en cuanto a mí por tan sólo haber visto todo lo que hasta ahora he publicado en Internet. Y es precisamente a causa de ese más que suficiente conocimiento de mi honestidad y de mi racionalidad poco comunes que, así como inspiro respeto e incluso amor excepcionales en personas de moral en grado similar al de la mía, también —inevitablemente— inspiro desprecio e incluso odio en las personas de moral de excepcional bajeza. A largo de esta biografía y futuras actualizaciones podrá irse viendo, en gran parte con irrefutables pruebas, hasta qué extremo grado es cierto lo que acabo de decir, como todo lo demás que he dicho.

Por otra parte, es necesario notar el hecho de que cuando Jorge me hizo la antedicha proposición, lo hizo solamente orillado por mis respuestas en ese momento, y obviamente no porque que él estuviera teniendo una verdadera disposición a llegar a la verdad en cuanto a este problema. La verdad de esto que acabo de decir, es evidente por el hecho de que en cuanto a la muerte de mi papá seguramente también tiene Jorge una respuesta igualmente simplista e increíble como la que aquí da en cuanto al secuestro cometido contra mí; y es también evidente por el hecho de que más tarde, en esta misma conversación, le propuse que preguntara a Norma más al respecto y después no me habló por teléfono para platicar en cuanto a ello, y cuando le volví a llamar y le pregunté si había hablado con ella, simplemente me dijo que no lo había hecho porque él ya sabía que no era necesario hacerlo. Así, cometió la contradicción de decirme primero que pensaba como Norma en cuanto a mí por lo que el suponía que Norma le había dicho sobre mí, y después, tras proponerle que platicando de nuevo con Norma verificara esa supuesta información, me dijo que eso no era necesario, como si pudiera sostener una creencia, o mejor dicho una postura, sin ninguna base, o cuando menos sin ninguna racional y justa. Y no veo cómo una persona mentalmente sana pueda tomar tan a la ligera, con un grado de negligencia que raya en lo inverosímil, decisiones tan importantes como las que él ha tomado de ese modo o que ha tratado de hacer creer que ha tomado así, sólo con el fin de no hacer evidente que las tomó con plena conciencia de la abyección moral y los graves defectos que desde el punto de vista psicológico delatan en él y en los demás de mis hermanos y hermanas, así como otros de sus cómplices.

Cuando al inicio de esta conversación me preguntó si le daba oportunidad de hablar a Norma por teléfono para preguntarle al respecto, no cedí debido a que por el hecho de que lo conozco desde hace muchos años sé muy bien que él sólo estaba tratando de zafarse de esta llamada, y que no iba a llamarme después de ello, y que cuando por fin pudiera volver a comunicarme con él, llamándolo yo a él, iba él sencillamente a decirme que Norma le confirmó lo que antes ya le había dicho. Eso, es decir, el darles a él y a Norma la oportunidad para ponerse de acuerdo en cuanto a otra mentira en mi contra, hubiera sido mucho peor, y por ello decidí proceder de tal modo que Norma confesara que no había visto yo nunca a ningún otro médico que dijera en cuanto a mí tal cosa, aparte del del Reclusorio Norte, quien lo dijo solamente por motivos humanitarios; y dar de todos modos también la oportunidad a Jorge de hablar con Norma al respecto o no hacerlo, para que enseguida fuera evidente también cuál es y ha sido la importancia que él concede a lo que hace y dice a sabiendas de las serias consecuencias que sus acciones y dichos pueden y suelen llegar a tener.

Y hablando de decisiones importantes, Jorge y Daniel desde hace muchos años han tenido dentro de BBVA Bancomer un puesto en que toman con frecuencia decisiones tan importantes como despojar de viviendas y/o otras pertenencias muy esenciales a otras personas, y que son evidentemente decisiones de la máxima importancia no sólo para esas personas que habitan o poseen esas viviendas o pertenencias, sino también, por supuesto, para esa institución financiera y para ellos mismos, Jorge y Daniel (tomando en cuenta el evidente materialismo que los motiva), puesto que, además de que por ello reciben sueldos más elevados que lo común, debido a las facilidades que se derivan de ese puesto Daniel se ha hecho de alrededor de diez propiedades. Entonces, me pregunto por qué Jorge —o Daniel— no ha tomado las decisiones del homicidio de mi papá y de mi secuestro, con el mismo cuidado con que ha tomado las decisiones en el puesto que dentro de ese banco desempeña, y que le han permitido permanecer en él durante muchos años, y hacerse, como Daniel, de dinero mucho más que suficiente como para haber ayudado a mi papá en lugar de sepultarlo vivo para que muriera de esa forma tan inhumana. Tal vez ha sido solamente porque el tener, Jorge y Daniel, de su lado a una institución tan económicamente fuerte como un banco al tomar esas decisiones tan importantes, les ha hecho perder el suelo y pensar que igualmente pueden tomar en otros ámbitos otras decisiones muy importantes sin que en estos otros casos los afectados tampoco puedan hacer nada para defenderse de ellos. Cuando lo que hay de por medio es dinero, Jorge y Daniel y todos mis demás hermanos, toman sus decisiones con religiosa escrupulosidad o al menos no anormalmente baja; pero cuando lo que hay de por medio no es más que el respeto de los derechos y la dignidad de personas inocentes que parecen incapaces de defenderse, toman decisiones incluso de vida o muerte con la máxima ligereza. Y lo peor de todo esto no es lo extremo de esa "negligencia", sino que su origen es moral, y que, por lo tanto, no es una verdadera negligencia como lo es la de alguien que no está consciente de los injustos daños a que pueden conducir sus decisiones.

Y a propósito del trabajo que Daniel desempeña dentro de BBVA Bancomer, por favor véanse las páginas a que vinculan los resultados de la búsqueda en Google del término: "Daniel Patrón Zepeda" en cuanto a "Acuerdos".

Me dice Jorge: "pero no tenías ninguna reacción secundaria, Roberto", "cuando platiqué contigo en esa ocasión tú te veías muy bien". Aparte de la mentira que implica esta frase, implica también intención de tergiversar aún más lo sucedido mediante la forma en que la dice, al usar las palabras "te veías muy bien", que podría interpretarse como que él me había visto personalmente, es decir, en el sentido de mirarme con los ojos y no en el sentido metafórico de "escuchárseme bien" en la conversación telefónica a la que tácitamente se está refiriendo. "Te oías muy bien" hubiera sido la frase apropiada para expresar esa mentira sin añadirle todavía otra posible falsa interpretación a su conveniencia.

Me dice también: "Cuando tú me contaste, Roberto, de que ibas a poner un negocio, más bien de que ya tenías un negocito que iba empezando, y que necesitabas tú de un capital para incrementar la compra de los libros". Se refería a algo que, enseguida del secuestro, le dije con base en mi realidad y mis intenciones previas a tal atropello. Mi negocio en la venta de libros antes del secuestro estaba creciendo, y tenía yo el propósito de poner una librería. No obstante, tras el secuestro me vi obligado a desechar por completo esos planes, y mencioné en esta llamada a Jorge ese propósito como algo presente teniendo en realidad únicamente la intención de irme de Mazatlán inmediatamente y lo más lejos posible o al mismo tiempo lo más cerca posible de Estados Unidos, a donde he deseado emigrar desde hace mucho tiempo.

Por eso pensé de inmediato en irme a una ciudad como Tijuana, donde consideraba que podía vivir y trabajar un tiempo iniciando allá también un negocio de venta de libros en tianguis, hasta poder emigrar, sin que Jorge se enterara de que estaba allí, lo cual no era improbable tomando en cuenta que Tijuana, a diferencia de Mazatlán, es una ciudad bastante grande. Sin embargo, poco después de llegar a esa ciudad me di cuenta de que, en mi desesperación por salir lo más pronto posible de Mazatlán, había subestimado algunos de los malestares que por ratos me producía el antipsicótico que me aplicaron, y que en realidad debido a esos efectos no podía trabajar en algo como el negocio que tenía planeado.

Con tan incapacitantes malestares, pensé en la opción de buscar un empleo como velador, que pudiera "desempeñar" pese a sentirme como un zombi; sin embargo, tuve que descartarlo debido al hecho de que para esos trabajos suelen tomarse mucho en cuenta las referencias personales que uno pueda dar, y que acabando de llegar de una ciudad lejana no podría yo dar ninguna. Puesto que no me era posible predecir por cuánto tiempo más padecería tales efectos adversos ni si el dinero que llevaba sería suficiente para sostenerme económicamente durante esa espera, decidí irme de Tijuana, a la ciudad de México, a fin de denunciar allí, en Amnistía Internacional, los abusos que en Mazatlán acababa de padecer.

Al llegar a la ciudad de México y la sede allí de Amnistía Internacional, y al tratar de hacer la denuncia, me di cuenta de que no era tan fácil como previamente a ello yo pensaba, pues necesitaba relatar todos esos hechos de una forma lo bastante comprensible, y ello implicaba comenzar desde varios años antes, cuando menos desde los abusos que se cometieron en mi contra en 2005 en la ciudad de México, al encarcelárseme con cargos falsos. Y me di cuenta de que en realidad no podía presentar estos hechos en un resumen de unas pocas páginas, sin que ello fuera insuficientemente comprensible.

Eso se debía en gran parte al hecho de que mis hermanos con toda malicia, con toda conciencia de la falsedad y el abuso en mi contra que ello implicaba, habían basado sus abusos en mi contra en el falso supuesto de que yo estaba enfermo porque llevaba una vida anormal (y en apoyo de ello Norma y César habían dicho en el D.F. en mi contra una muy larga serie de mentiras y tergiversaciones de mi realidad), y yo realmente he llevado una vida anormal (al ser mucho más honesto que la mayoría de la gente de aquí, y al dedicarme a la investigación científica independiente), y no era tan sencillo demostrar que esa anormalidad no consistía en lo que mis hermanos falsamente estaban achacándome.

Desde entonces y hasta muy poco tiempo antes del momento en que estoy a esta publicación añadiendo estos comentarios (noviembre de 2013), me sentí todo el tiempo al respecto como deben sentirse muchas mujeres que han sido violadas y enseguida acusadas por sus victimarios de haber ellas aceptado voluntariamente y ser de vida disoluta y provocadoras. Mi caso en realidad es en cierto modo análogo a esos casos en sus posibles y comunes consecuencias, en los que normalmente uno trata de mantenerse callado al respecto, y, a consecuencia de ello, se aisla de otras personas, mientras no pueda todavía mostrar la falsedad de esas acusaciones. (A este respecto, véase por ejemplo la conversación que Sara y yo tuvimos el 13 se septiembre de 2010 a las 14:40 horas).

Los acosos que enseguida del secuestro sufrí por parte de mis hermanos, los Gaeta Ibarra y, para rematar, la policía de Mazatlán (incluyendo a los de "Protección" Civil), me hicieron sentir obligado a ceder a su propósito de mantenerme recluido, puesto que no veía otra opción posible. Durante ese tiempo de forzada reclusión, sin embargo, conservé la esperanza de lograr más tarde mi libertad mediante la ayuda de Internet, dando allí a conocer cómo soy realmente y cómo son realmente mis hermanos, los Gaeta Ibarra y las autoridades de Mazatlán. Ya tenía pruebas de sobra para demostrar la comisión de abusos por parte de casi todos los miembros de la familia Gaeta Ibarra y por parte de la policía de Mazatlán. Pero aún necesitaba, por supuesto, reunir una cantidad suficiente de pruebas, como por ejemplo grabaciones de audio, de los abusos que mis hermanos y otros familiares —cuando menos desde años atrás— habitualmente cometen, y de su cómplice el "doctor" Rodolfo Melín Gaxiola, y al mismo tiempo de mis modos de pensar y de sentir y de mis hechos.

A lo que Jorge se refería en esta conversación al decirme que yo me "veía" "muy bien", era solamente a ese propósito —ya inexistente en realidad con relación a esta ciudad— de que le hablé. Pero al mismo tiempo que le dije eso, mi estado emocional era extremadamente diferente del previo al secuestro: había pasado de una sensación de suficiente y razonable seguridad, previamente al secuestro, a una sensación, no menos razonable y lógica, de extrema inseguridad, sobre la base de la realidad que, con el secuestro y enseguida de él por las amenazas de mis hermanos y de policías de Mazatlán, estaba ahora viviendo. No es fácil imaginar sin haberlo vivido hasta qué grado llegó esta sensación de inseguridad y angustia, al saber que ni siquiera dentro de mi propia casa podía estar seguro, y que puesto que el mismo gobierno era en gran parte la causa de esta situación tan amenazadora, no podía hacer nada en absoluto para remediarla o evitarla. Enseguida de ser liberado del hospital psiquiátrico de Culiacán y regresar a Mazatlán, durante unos diez días padecí una diarrea muy persistente, que, para mi asombro, no cedía en absoluto tras ingerir un medicamento que para ello varias otras veces meses antes había tomado con toda eficacia. Luego de ello me di cuenta de que este otro problema se debía a lo extremadamente nervioso que me sentía, por más que hacía todo lo posible por ocultarlo.

Me dice Jorge que el hecho de que yo haya decidido irme de Mazatlán con el dinero que, con el fin de mantenerme bajo su control y el de mis demás hermanos, él enseguida de ello me envió "toda la familia lo vio como una decisión que no era lógica". Es necesario mencionar principalmente dos cosas en cuanto a eso:

1.- Todos mis hermanos y hermanas, desde el homicidio que cometieron contra mi papá, se han opuesto muy rotundamente a que yo me vaya de Mazatlán y sobre todo a un país como Estados Unidos en que pudiera yo tener más oportunidades que en México de progresar y desde el cual hacer justicia (mediante denunciar públicamente hechos injustos), aunque por un tiempo trataron de disimularlo e incluso de aparentar lo contrario, con el fin de tenerme bajo su control para evitar que yo denuncie el homicidio que ellos cometieron contra mi papá. Y obviamente ese es precisamente también el objetivo que Jorge tiene en esta conversación al decirme tal absurdo.

2.- Independientemente de lo anterior, sería un absurdo considerar que la unanimidad de un punto de vista como ese de un grupo de hermanos como son ellos, podría tener alguna influencia en mi punto de vista, que siempre ha sido muy independiente de cualquier otra opinión y muchísimo más todavía de la de personas de tan baja inteligencia y calidad moral como la que mis hermanos mediante sus hechos han demostrado tener. Y es evidente que ninguno de ellos puede haber pensado realmente en ningún momento que mi decisión de irme de Mazatlán sea ilógica, sino que incluso están totalmente conscientes de que esa decisión es en cierto modo la más lógica posible en cualquier caso de abusos tan graves cometidos en contra de cualquier persona con la corrupta participación del gobierno de la ciudad en la que se radica, como en este caso ocurre en Mazatlán. Y no es que Jorge sea tan ingenuo como para creer que puede esconder ante mí la verdad mediante decir sencillamente exactamente lo opuesto de la verdad; su extrema ingenuidad —tal como suele ocurrir en la gran mayoría de los casos de abusos— ha consistido en creer, al considerarme indefenso, que podía cometer sus abusos sin que algún día se llegaran a saber públicamente.

Volvió a decirme que causo desconfianza porque me dio dinero (para comprar mi libertad y mi silencio, al salir del hospital psiquiátrico de Culiacán) y yo lo tomé para otra cosa. Le dije que ya le expliqué muy claramente por qué sucedió eso. Y me dijo que no era razonable lo que le dije. Insistió en que eso estaba mal. Discutimos un rato esto. Insistió con argumentos absurdos y mentiras. Me dijo varias veces que tomé una decisión que no era lógica. Me dijo que puedo consultar dos médicos presentándome yo solo.

Me preguntó por qué digo que Norma me hundió. "Por las mentiras que dijo", le dije. "¿Y de qué manera esas mentiras que supuestamente dijo te pudieron haber hundido a ti?" me preguntó. "Porque eran puras mentiras como para declararme enfermo", le dije. "¿Y en qué te perjudicó que el médico dijera que estás enfermo?" Le contesté: "en que supuestamente en eso se basaron para hospitalizarme" y enseguida le platiqué que estuvieron a punto de golpearme en una agencia publicitaria en que trabajé porque Norma dijo que yo estaba enfermo. Insistió en que Norma trató de ayudarme con lo que dijo al médico del Reclusorio Norte.

Me dijo: "Yo no sé cuál sea la verdad, no puedo saberla, yo estoy lejos acá y no sé qué ha pasado; lo que sí te digo es que para mí hay muchas cosas ilógicas que has hecho. Lo último que ocurrió fue de que te hayas venido a Tijuana gastándote ese dinero; eso a mí me pareció absurdo". Le contesté que, según economistas, se puede poner un negocio incluso sin nada de dinero.

Es asombroso el descaro con que Jorge me dijo esa contradicción, y una causa de ese descaro es, sin ninguna duda, la situación de enorme ventaja en que se encuentra con respecto a mí actualmente, porque seguramente no me hubiera dicho lo mismo si hubiéramos tenido esta conversación públicamente, pero no con una audiencia como la de mis demás hermanos y otros como ellos, ni como la de "médicos" "psiquiatras" como los que en su gran mayoría hay en este país tan deplorablemente atrasado en los aspectos moral y profesional. Si dice que no sabe cuál es la verdad ni puede saberla (lo cual es completamente falso), ¿entonces en qué se basa para inmediatamente después decir que para él hay muchas cosas ilógicas que he hecho?

Eso me recuerda una breve conversación un tanto cómica que una vez tuve con un vecino alcohólico extremadamente atrasado en todos los aspectos (incluso el económico), en que, tras quejarme ante él de un abuso cometido por una pariente suya, me dijo: "¡Ya tenemos muchas quejas tuyas, Roberto!". Entonces le pregunté: "¿Cuáles quejas?" Y enfáticamente me respondió: "¡No sé! ¡Yo no nomás eso te digo!"

Y la contradicción —y otros muchos absurdos— de Jorge en esta plática es, desde el punto de vista de la lógica, exactamente igual que la de dicho "teporocho". Sin embargo, el problema principal aquí es que Jorge no tiene la misma capacidad para perjudicar a otras personas que la que tiene un simple y auténtico "teporocho", sino una mucho mayor, porque mientras piensa y actúa como un relativamente alto ejecutivo bancario cuando está dentro del banco en que trabaja, BBVA Bancomer (de otro modo no se habría mantenido en ese cargo durante muchos años), piensa y actúa como un "teporocho" cuando está fuera del banco ante personas indefensas e inocentes. O tal vez en realidad no es esto exactamente así, sino que la "razón" por la que Jorge está en esa institución financiera, al igual que Daniel, es precisamente su capacidad para abusar de ese modo desde el banco hacia una parte de sus clientes. Y esto último es realmente muy probable en vista de que la fluidez con que Jorge despliega esa "lógica teporocha" hace evidente que tiene cierta práctica en hacer empleo de ella.

Le recordé que en dos ocasiones él me ha dicho el asombroso absurdo de que una prueba de que yo sí estaba enfermo es el hecho de que yo lo negaba. Me respondió no recordar haber dicho eso (porque al parecer ya alguien lo corrigió en cuanto al riesgo de decir algo tan descaradamente absurdo).

Me volvió a preguntar por qué no consulto a dos "profesionales". Le dije que en los últimos años, después de que me hospitalizaron, he pensado en hacer eso; pero nunca me ha pasado por la mente hacerlo en este tiempo o hacerlo aquí en Mazatlán, porque he visto tan inclinados a la Norma y al Daniel a pensar de manera absurda y a decir que yo estoy padeciendo esquizofrenia, que he estado temiendo que si yo llego a consultar a un médico y dice el médico que no tengo nada, que no tengo esquizofrenia, Norma y/o Daniel [e incluso alguno que otro de mis hermanos] le vayan a llamar por teléfono al médico y le vayan a decir "oye, pero tiene esto y esto y esto y esto", como lo dijo Norma en la ciudad de México, con mentiras y tratando de aprovecharse de la ineptitud del médico, y eso sí sería un problema para mí, porque sí sería muy probable que eso influyera en la decisión del "médico". Enseguida le dije que no estoy seguro de si el psiquiatra del Reclusorio Norte me diagnosticó esquizofrenia por benevolencia o por ineptitud (credulidad o ingenuidad). Le dije que el médico (del Reclusorio Norte) pudo haber creído las mentiras que le dijeron Norma y Pepe (José César Patrón Zepeda). Le dije que el "psiquiatra" del hospital de Culiacán fue muy inepto porque no me hizo ningún estudio. Y lo mismo hizo en ese hospital una "psicóloga" (llamada Teresa Cortés). Me preguntó Jorge: "Oye, Roberto, pero ¿cómo puede haber tanto profesionista inepto?" Le dije que en México hay mucho prejuicio en cuanto a lo que hace la gente, incluso entre los [llamados] profesionales.

Insistió en que llevo una vida "anormal". Le dije que aunque estoy en desacuerdo en muchas cosas con los hermanos estoy dispuesto a tomar los medicamentos. Me propuso que les diga un tiempo, hasta cuándo, y de ahí yo le siga en adelante. Le hablé de la promesa incumplida que Daniel me hizo de ayudarme a irme a Estados Unidos. Me preguntó cuál es mi propuesta. Le dije que después de que en noviembre de 2010 que Daniel me dijo que la [supuesta] cuenta bancaria para la visa estaba en ceros me he sentido muy deprimido, y lo único que me ha permitido sobrevivir a este aislamiento en que estoy desde hace casi dos años y medio, es mi relación, a través de Internet, con una novia que tengo en Estados Unidos. Le dije que hoy en la mañana me dijo Norma que ya no van a pagarme el Internet debido a que tienen muchos gastos por la enfermedad de Pepe (José César). Le dije que sería extremadamente perjudicial para mí que me quitaran el Internet, porque quedaría en completo aislamiento, y que si no me ayudan a obtener la visa, probablemente más adelante consiga una visa de noviazgo. Me dijo que no había escuchado sobre este tipo de visa. Le dije que puede buscarlo en Internet.

Le dije que para terminar el libro me falta como un año, trabajando como 14 horas al día. Me volvió a preguntar cuál es mi propuesta. Me dijo: "la propuesta tuya podría ser, por ejemplo, y algo que puede ser atractivo para nosotros en un momento dado, para ti y para nosotros, es, por ejemplo, que nos digas sabes qué denme chance de no tomar el medicamento y denme unos meses de apoyo, no sé cuántos meses, cinco o seis meses, o no sé cuánto estés pensando tú, y de ahí tú solito, tú solito porque tú estás en condiciones de trabajar, de ser productivo, de seguir con tu libro, porque también si nosotros vemos que quieres que te estemos apoyando nomás para escribir el libro, sin trabajar, oye, pues ahí se te pueden ir diez años más, quince años". Le dije que estoy de acuerdo con poner un plazo. "Pero un plazo que termine en meses, no en años", me dijo. Me dijo otra vez que haga una propuesta.

Me dijo que Daniel no me va a apoyar en conseguir la visa y que ya no tiene caso "moverle por ahí". Le propuse que me esperen unos seis meses, y si ya se me pasaron los efectos adversos, podría conseguir trabajo. Le dije que no sé cómo voy a conseguir empleo porque no tengo referencias por el aislamiento en que estoy. Le dije también que por la forma en que me hospitalizaron en 2009 tendría más serios problemas con los vecinos de enfrente, los Gaeta Ibarra, si regresara a vivir a la casa de la calle Constitución (es decir, a mi casa), y por eso necesitaría que me pagaran el cuarto en que "vivo" (en parte con la renta que Daniel le cobra a Polo por estar viviendo en mi casa).* Quedamos en que voy a hacerles esa propuesta a Norma y a Daniel. Platicamos hasta las 00:30 horas.

Pienso incluir aquí completo el contenido textual de esta grabación (así como, por supuesto, publicar también el archivo de audio) y hacer aquí muchos otros comentarios en cuanto a esta conversación; como, por ejemplo, que debí haber preguntado a Jorge si para él no tendría nada de malo que un "médico" dijera que él padece esquizofrenia sin que ello sea cierto...

* Lo cual no significa, desde luego, que yo esté realmente de acuerdo con que yo "viva" en un cuarto (como en el de Amalia Corral en que estoy recluido actualmente por mis hermanos) y Polo en mi casa, excepto en el sentido en que puede decirse que una persona "acepta" cuando unos delincuentes la acorralan y le piden que elija entre ser envenenado y no oponer resistencia cuando lo despojen de su casa.

AR-Jun-16-2011 (5) Plática con Jorge.mp3    1:31:46 hrs.

Mazatlán, Sinaloa; viernes 17 de junio de 2011

-17:13 Llamada al 916-53-51 a Norma. Contestó Rodolfo. Dice que no está.

AR-Jun-17-2011 (1) Plática con Rodolfo.mp3    00:39 segs.


-17:26 Llamada al 983-20-11 a Sara. Contestó Daniela. Dice que no está, que puedo encontrarla como a las 21:00 horas. Quedé en llamarle otra vez después.

AR-Jun-17-2011 (2) Plática con Daniela.mp3    00:32 segs.


-17:54 Llamada al 916-53-51 a Norma. No contestan.


-18:29 Llamada al 916-53-51 a Norma. No contestan.


-19:11 Llamada al 916-53-51 a Norma. Contestó Rodolfo hijo. Dice que no está.

AR-Jun-17-2011 (3) Plática con Rodolfo hijo.mp3    00:25 segs.


-20:03 Llamada al 916-53-51 a Norma. Contestó Rodolfo hijo. Dice que no está.

AR-Jun-17-2011 (4) Plática con Rodolfo hijo.mp3    00:15 segs.


-20:42 Llamada al 916-53-51 a Norma. Contestó Rodolfo hijo. Dice que no está.

AR-Jun-17-2011 (5) Plática con Rodolfo hijo.mp3    00:31 segs.


-21:05 Llamada al 913-18-25 a Daniel, a su casa. Contesta una grabación que dice "Línea ocupada".


-21:07 Llamada al 913-18-25 a Daniel, a su casa. Contesta una grabación que dice "Línea ocupada".


-21:12 Llamada al 913-18-25 a Daniel, a su casa. Contesta una grabación que dice "Línea ocupada". Enseguida de esta grabación se escuchó un mensaje, con la voz de Silvia, de una contestadora.


-21:15 Llamada al 916-53-51 a Norma. No contestan.


-21:21 Llamada al 913-18-25 a Daniel, a su casa. Contestó Silvia y me lo pasó. Le dije que la semana pasada y ayer platiqué con Jorge en cuanto a mi problema de los efectos adversos (por las inyecciones de Clopixol), y que Jorge me sugirió que hiciera una propuesta a él y a Norma. Cuando estaba diciéndole esto me interrumpió diciéndome que le llame mañana en la mañana, como a las 11:00, porque está "ocupando el teléfono". Aquí terminó la plática.

AR-Jun-17-2011 (6) Plática con Daniel.mp3    2:40 mins.


-21:37 Llamada al 916-53-51 a Norma. No contestan.


-21:39 Llamada al 983-20-11 a Sara. No contestan.


-21:54 Llamada del 916-53-51 de Norma. En cuanto a que no me había hablado por teléfono después de que interrumpió la plática telefónica que tuvimos ayer en la mañana, me dijo: "...y ya no me fue posible, porque si te hablaba te iba a hablar de carrerita y ya no te iba a dar tiempo; entonces ahorita que estoy desocupada aunque me acueste tarde" (no entiendo lo que dice enseguida de esto).

Le dije que ayer me dijo que Daniel había decidido dejar de pagar mi Internet. Me respondió, enojada, que no dijo eso. Dice que con los gastos que están teniendo ahorita de Pepe (José César) todos están recortando gastos. Me dijo: "No voy a pronunciar lo de México porque tú dices que no te quise ayudar". Le dije que tengo una hoja que prueba que dijo esas mentiras, una hoja firmada por el médico psiquiatra del Reclusorio Norte, firmada y sellada. Me contestó: "Eso, ya te lo dije, fue para que salieras de ahí". Le dije: "No, mentiras en mi contra no son para que salga". Me dijo que si le sigo reprochando va a colgarme el teléfono. Le dije que no diga mentiras si no quiere que le reproche. Me dijo: "Mira, Roberto, tú me hablas y que necesitas una silla o que necesitas la computadora o que necesitas algo y te lo he llevado". Le dije: "Sí, pero la computadora me la prestaste porque tienes tus cosas en mi casa desde hace muchos años". Me dijo: "Ah, bueno, pues las voy a sacar para ir a recoger mi computadora; ¿está bien?" Le dije: "Como quieras". Me dijo: "Mira, Roberto, no vuelvas a marcar este teléfono, no lo vuelvas a marcar, porque tú no te dejas ayudar". Me dijo: "Estás enfermo, no ves más que las cosas malas". Me dijo que no sé agradecer ni pedir las cosas. Me dijo que muchas veces me dio de comer. Le dije: "Eso fue antes, Norma; después las cosas cambiaron drásticamente". Le dije que le llamo porque es responsabilidad de ellos la situación en la que estoy, "no porque yo quiera estarte llamando o porque quiera estarte molestando; no es la intención". Me dijo: "Pero lo haces". Le dije: "Pues si te molesta es problema tuyo, no debes molestarte porque yo te esté diciendo que es responsabilidad de ustedes o porque yo te esté pidiendo que la cumplas". Me dijo: "¿Sabes que si yo quiero no te hago caso? No sabes pedir las cosas", "Se supone que eres listo, Roberto, pero no sabes pedir las cosas". Le dije: "Es que si dices mentiras no me voy a quedar callado, Norma, no me puedo quedar callado. Entonces, mejor no digas mentiras, si no quieres que yo diga algo en contra".

Le dije que mi compromiso es tomarme el medicamento, probar; pero ellos han dudado de que yo me los vaya a tomar. Le dije que estoy en desacuerdo en muchas cosas con ellos, porque aparte de que tenemos formas de pensar extremadamente diferentes, tenemos un concepto de honestidad extremadamente diferente". Añadí: "Me estoy refiriendo a la honestidad consistente no solo en decir la verdad, en no decir mentiras, sino también, por ponerte un ejemplo, ustedes contrataron un "médico" muy corrupto, que es el "doctor" Rodolfo Melín Gaxiola, es el "médico" más corrupto de que he sabido, porque decidió hospitalizarme en un hospital psiquiátrico sin haberme visto nunca; entonces, eso solamente un "médico" muy corrupto lo puede hacer, eso no es ético, no es profesional". Me interrumpió diciendo: "Oye, Roberto, ¿cuál es tu trato?" Le pregunté por qué no me deja terminar. Me contestó: "Porque yo tengo cosas qué hacer, Roberto". Y añadió: "Roberto, ¿tú crees que tengo todo el tiempo?" Le dije: "No todo el tiempo, pero por qué no me das algo de tiempo para decirte lo que te estoy diciendo". Me contestó: "Dime cuál es el trato que quieres". Le dije: "...además de que le pagaste al "doctor" Melín la única consulta que tuvimos y que fue después de salir del hospital; sacaste un billete de doscientos pesos y se lo diste". "Sí", contestó. Y añadí: "Y eso fue en el Hospital General". "Umjú", respondió. Añadí: "Donde no se deben pagar las consultas". Dijo otra vez: "Umjú". Le dije: "Entonces, eso fue una especie de soborno". Lo negó. Le dije: "...porque el médico estaba haciendo algo que no debía hacer. Tú sabes que si el médico estaba haciendo algo que no debía hacer lo debían motivar de alguna forma". Después de todo lo que le dije, se le ocurrió: "Eso fue por una inyección que se supone que te iban a poner antes de llegar al hospital de Culiacán, pero no te la pusieron; de todas maneras se la pagué porque los de Protección Civil no me la regresaron". Le dije: "No pero se supone que las inyecciones las da el Hospital General, no tenías por qué pagarla". Me contestó: "No la tenían, Roberto; no tengo por qué mentir, si no me quieres creer no me creas". Añadí: "Supongo que la consulta para decidir que me hospitalizara el "médico", que diera la orden de hospitalizarme también se la pagaste, y tengo entendido que también le has estado pagando las demás consultas para que me recete el medicamento inyectado, el Clopixol". A esto me contestó solamente: "Bueno, ya tengo que colgar".

Le dije otra vez que me dijo el lunes de la semana pasada que menos iban a aceptar que yo tomara el medicamento desde la vez que me "empastillé", y que yo le dije que eso no tenía nada qué ver. Le dije que cuando intenté suicidarme en 2009 fue por los efectos adversos de las inyecciones que me estaban poniendo, que en aquel tiempo era Aldol Decanoas; le platiqué esto con algún detalle.

Le dije que le pedí a Jorge ayuda para irme a Estados Unidos y Jorge me dijo que no. Aquí me interrumpió diciéndome: "Oye, Roberto, vamos a dejar esto para otro día ¿de acuerdo?" Le dije que al principio de la llamada me dijo que estaba dispuesta a desvelarse y son las 10:18. Contestó: "Sí, pero sabes qué, Roberto, empezaste mal... y me cansas".

Le dije que Daniel me prometió que me iba ayudar a obtener la visa, pero sólo me estuvo dando largas; y en noviembre de 2010 me dijo que estaba en ceros la cuenta bancaria para la visa. Añadí que eso me desesperó y deprimió mucho. Pero lo que me ha permitido sobrevivir en este tiempo, a este aislamiento (añadí que los hermanos tienen el prejuicio de que si me he distanciado de ellos por algunos años yo he estado en aislamiento, pero no es así, he estado en comunicación con mucha gente, he tenido muchas amistades, tanto en Mazatlán como fuera de Mazatlán); le dije que es muy perjudicial un estado de aislamiento total, y que lo único que he tenido en mi favor es una novia que tengo en Estados Unidos, y la comunicación con ella a través de Internet es el único vínculo social que tengo; es lo único que me ha permitido sobrevivir, lo único, desde noviembre a hace cinco meses, que me ha impedido que yo tenga ideas muy serias de quitarme la vida. Es lo único que me saca del aislamiento total, que sería muy insano. Añadí: "Entonces, a mí no me parece justo, ni sensato, ni prudente que por ahorrarse 200 pesos el Daniel al mes me vayan a someter a un aislamiento total, menos en estas condiciones en las que estoy... Creo que no vale la pena que por 200 pesos se empeoren mucho más las cosas".

Me dijo: "Oye, Roberto, ¿tú no confías en el doctor Melín... en lo que dijo de que los efectos secundarios de una inyección de las que te están poniendo no duran más de dos semanas?". (Aquí se contradice con lo que me dijo el jueves de la semana pasada.) Le dije: "Tú me dijiste que una semana". Le dije que fue ella quien me mintió. Me dijo: "Después platicamos".

Le dije que anoche platiqué con Jorge, y que me dijo (Jorge) ayer y la semana pasada que ella y Daniel le han dicho que aparte del "doctor" Melín, el médico del Reclusorio Norte de la ciudad de México y el "médico" que me vio pero que no me hizo ningún estudio en el hospital de Culiacán, Alfonso Millán Maldonado, al que ellos me metieron, varios psiquiatras más me han visto y me han diagnosticado esquizofrenia. Añadí: "Yo no sé si sea una confusión del Jorge o si sea cierto. Entonces por eso te quiero preguntar ¿Es cierto que ustedes le dijeron eso?". Me contestó: "Yo no sé nada de eso..., yo no sé nada de ningún otro médico, yo no sé si alguien lo dijo, yo no sé". Le pregunté: "Ah, o sea ¿nada más de esos tres médicos sabes tú?" Me contestó: "Pues claro". Le dije: "Eso era lo que te quería decir..., ¿ya ves que no era mucho? Son las 10:34, no es tan tarde".

Le dije que espero que ellos lo platiquen, que hagamos la prueba y que yo estoy seguro de que no va a pasar nada malo. Quedó en llamarme por teléfono la semana próxima. Platicamos hasta las 22:34 horas.

AR-Jun-17-2011 (7) Plática con Norma.mp3    41:16 mins.


-22:45 Llamada al 983-20-11 a Sara. No contestan

Mazatlán, Sinaloa; sábado 18 de junio de 2011

-12:19 Llamada al 913-18-25 a Daniel, a su casa. Al principio suena que no contestan y después aparece el mensaje de la contestadora.

AR-Jun-18-2011 (1) Contestadora de Daniel.mp3    00:49 segs.


-12:24 Llamada al 913-18-25 a Daniel, a su casa. Al principio otra vez suena que no contestan y después esta vez no apareció el mensaje de la contestadora.


-12:47 Llamada al 913-18-25 a Daniel, a su casa. Contestó Carolina. Dice que no está. Le pedí que le diga que le hablé.

AR-Jun-18-2011 (2) Plática con Carolina (hija de Daniel).mp3     00:49 segs.


-12:51 Llamada al 983-20-11 a Sara. Contestó ella. Le dije que ya es sábado y me falta el dinero de la comida, y no sé si vayan a poder venir. Le dije otra vez que tengo una hoja que escribió el psiquiatra del Reclusorio Norte de la ciudad de México, en la que consta lo que Norma y Pepe dijeron en cuanto a mí cuando fueron a ese reclusorio en 2005.

Enseguida le leí y comenté esas mentiras: "no estaban de acuerdo en muchas cosas, no se hablaban mucho "sic hermana"... ...buena relación con su hermana Norma, y los hijos de esta, los demás hermanos tiene relación deficiente "no creen en él, piensan que es flojo", "sic hermana", no ha tenido parejas, le es difícil relacionarse con las mujeres "sic hermana", infancia: jugaba, niño aislado tímido... ...adolescencia: a los 12 años acosado por maestro homosexual, no quería ir a la escuela, y bajó de calificación, reprobó esa materia "sic hermana"... ...continuaba siendo aislado, tímido, no sociable. PERSONALIDAD PREVIA: aislado, poco sociable. PADECIMIENTO ACTUAL: a los 18 años inicia con ideas delirantes de grandeza, "siempre ha declarado que va a escribir un libro, tiene muchos escritos pero no concuerdan", tristeza, alternando con ansiedad, ideas delirantes de daño, los vecinos de la hermana, hetroagresivo verbal con su padre, 2 intentos suicidas al vivir aquí en México se queda sin trabajo, al ingerir cantidad no especificada de medicamento no especificado, dejó carta para mí" 8 mese después intemta morirse al ingerir raticida"... ...regresa a Mazatlán y 8 meses después, se aisla con su padre por 10 años, se dedicó a escribir, decía que iba a ser científico, pero no estudiaba, hace 4 años nuevamente sentía que lo atacaban los vecinos, así como no trabajaba, y se va de la casa de la hermana, error de juicio por cortejo del paciente a una jovencita... ...por dos años vive aislado de toda su familia, en enero de 2005 se viene a México, presentando heteroagresividad verbal labil emoción, insomnio."

Al hablar sobre la mentira "tristeza" (antes de "alternando con ansiedad") le platiqué a Sara sobre mi intento de suicidio en el reclusorio por lo que Norma me dijo. Le platiqué también en cuanto al Dr. Fernando Aguilar Morales. Al comentarle la mentira "así como no trabajaba" le dije "aparte de que en otras ocasiones me he dedicado a trabajar en una agencia de viajes y en una editorial, en Ibalpe remuneradamente" (donde cometí el error de decir "agencia de viajes" en lugar de "agencia publicitaria"). Le platiqué también sobre el corte de los cables de electricidad en la casa de la calle Constitución (o sea en mi casa), muy probablemente por Rodolfo, para que yo no me fuera a vivir a esa casa.

Al terminar de leerle y comentarle las mentiras de la hoja, le pregunté si tiene una dirección de correo electrónico para enviarle escaneos de la hoja, por los dos lados, que le acabo de leer. Le dije que en la segunda página de la hoja aparecen unos comentarios que hace el médico en cuanto a lo que le dijeron Norma y Pepe. Me preguntó si el médico escribió en la segunda página que es esquizofrenia lo que yo tengo. Le dije que no recuerdo, que no tengo a la mano la hoja, sino que estoy leyendo en la computadora un escaneo de la primera página.

Me dijo Sara que le puedo dar copia fotostática de la hoja (en lugar del escaneo), y le dije que sí. Me preguntó enseguida si tengo alguna carta en la que Norma me haya dicho que soy flojo o tonto. Le dije que no. Me dijo que hay muchas cosas de las que no se acuerda. Le platiqué que en una ocasión, después de que salí del reclusorio en 2006, Norma me dejó un recado en la casa de la calle Constitución (en mi casa) y como cuatro tarjetas telefónicas; el recado de Norma decía que le hablara por teléfono, por el interés que por entonces ella tenía en sacar una parte de cosas suyas que ha mantenido dentro de mi casa sin mi permiso. Le dije que una de las tarjetas telefónicas, usadas, dice "¿Se te cruzan los cables?" y la inmediatamente debajo de esa decía "Derechos humanos". Le dije que aunque nunca pensé en hablarle a Norma, una vez vi en un teléfono que ninguna de las 3 ó 4 tarjetas telefónicas tenía saldo.

Le dije que la hoja que le leí es una copia, y que la original debe tenerla el psiquiatra, Germán (le dije que de momento no recuerdo los apellidos);* así que yo no soy la única persona que tiene la hoja. Le pedí que me espere porque "parece que viene el del agua y no tengo agua", aunque en realidad las baterías de la micrograbadora con que estaba grabando esta plática estaban terminándose y tenía que tomarme un momento para cambiarlas por nuevas pilas. Enseguida interrumpí la grabación e hice el cambio de pilas en la micrograbadora.

* Germán García Ruiz

AR-Jun-18-2011 (3) Plática con Sara.mp3    2:12:19 hrs.

Una vez hecho el cambio de pilas en la micrograbadora, inicié otra grabación y volví a la plática con Sara:

Le dije que le "estaba diciendo que parece que viene el del agua, pero en realidad no era el que yo estaba esperando, es otro y se fue de paso".

Le dije que hace tres días, el miércoles, ella me dijo, entre otras cosas, que Daniel había dicho que éste era el último mes de Internet que me iba a pagar, hasta el 6 de julio. Le dije que en los últimos casi dos años y medio, desde que me empezaron a poner las inyecciones antipsicóticas, he estado muy aislado, he estado completamente aislado cuando menos en cuanto a la gente de Mazatlán, principalmente porque no me siento la mayor parte del tiempo en condiciones de socializar, como consecuencia de los efectos adversos del medicamento. Le dije que en 2009 tuve un intento de suicidio por los efectos secundarios de las inyecciones (de Clopixol). Le platiqué que "cuando salí del reclusorio (aquí me equivoqué, quise decir "cuando salí del hospital") Jorge me habló por teléfono y me dio $7,000.00 pesos; entonces con esos siete mil pesos yo me fui a Tijuana y a la ciudad de México, y yo tenía la intención de irme de Mazatlán porque no quería volver a tener el problema de que me hospitalizaran, porque además Daniel me dijo que si no me ponía las inyecciones me iban a volver a inyectar a la fuerza los de "Protección" Civil; entonces yo quería dejar de tener estos problemas y quería irme a vivir a otra ciudad, quería irme a vivir a Tijuana o a la ciudad de México; por eso me fui para allá, pero estando allá me di cuenta de que era imposible que yo trabajara por los efectos que tenía, efectos adversos (de las inyecciones antipsicóticas que estaban poniéndome). Aquí, a las 15:07 hrs., Sara me interrumpió y me pidió la deje hacer una llamada. Terminamos está plática.

AR-Jun-18-2011 (4) Plática con Sara.mp3    4:19 mins.

Mencionar que Norma no me conoce más que Sara, y que por ello es muy significativo el hecho de que en esta conversación Sara no me haya contradicho en nada de lo que dije, y que no haya dicho que fuera cierta ninguna de esas cosas falsas que Norma dijo en mi contra.

Mencionar que Norma se casó primero que Sara, y que por eso Sara y yo vivimos varios años más que Norma y yo en la misma casa, y que por eso es de suponer que Sara ha tenido más oportunidades de conocerme mejor que Norma. Además, Sara después de divorciarse regresó a la casa de mi papá, y por ello estuvimos ella y yo viviendo en la misma casa otro tiempo más que Norma y yo.

-1:39:19 horas. Hablo sobre mi distanciamiento de mis hermanos. Mencionar que en la conversación no mencioné que el obvio hecho de que mi distanciarme de mis hermanos no significa que yo esté mal sólo debido a que si lo hubiera hecho, Sara se habría puesto más a la defensiva de lo que ya estaba y ello habría dificultado que ella reconociera lo que estaba yo diciéndole.

Incluir la grabación, si no la he incluido aún, en que a Daniel menciono que Norma dijo la mentira de que fui acosado por un maestro homosexual, copiando ella eso de lo que a Sergio le ocurrió.

-1:39 horas. Mencionar que Sara me pregunta si nunca pregunté a Norma sobre lo del "error de cortejo a jovencita" y el hecho de que muchas veces he tratado de hablar al respecto con Norma y siempre se ha negado molesta, y hasta me ha colgado el teléfono cuando he insistido.

Incluir una llamada en que me colgó al tocarle ese tema.

-1:42 horas. Menciono que fue la semana pasada ("creo que fue el jueves") cuando hablé con Norma por teléfono y traté de hablar con ella sobre las mentiras que dijo en mi contra en el D. F. y me colgó. Buscar esa grabación e incluirla, si no la he incluido todavía.

Mencionar cómo conseguía yo dinero mientras me dedicaba a la investigación científica sin tener un empleo remunerado: recogiendo papel periódico de la basura y vendiéndolo en yardas.

-1:53 horas. Menciono el hecho de que Norma me achacó insomnio. Mencionar que una cosa es estar despierto de noche trabajando y durmiendo de día para reponer esas horas de sueño, es decir, el tener un horario nocturno de trabajo (cosa que yo muchas veces he hecho), y otra muy distinta es padecer insomnio. Tener insomnio es no poder dormir cuando uno necesita hacerlo y trata de hacerlo; pero no lo es cuando uno tiene un horario nocturno y duerme a otras horas sin problema el tiempo que necesita dormir cada día.

-1:54 horas. Menciono que las mentiras que Norma dijo no podían haber sido para ayudarme a salir del reclusorio. Y hablar sobre el hecho de que si las hubiera dicho con ese fin, consciente de que eran mentiras, ello estaría en contradicción con el hecho de que después, en el 2009, haya sobornado a un "médico" para secuestrarme y encerrarme en un hospital psiquiátrico, y envenenarme después durante casi dos años y medio y acosarme hasta la fecha en que estoy añadiendo este comentario, 2013 (de lo cual también mostraré pruebas con grabaciones de audio).

Mencionar que aunque Sara al final de la conversación sobre este documento reacciona favorablemente a mí, en muchas otras grabaciones posteriores se puso muy en contra mía y muy en favor de mis demás hermanos en cosas en las que era muy obvio que ellos estaban siendo extremadamente irracionales e injustos conmigo.

-1:59 horas. Digo que no sé si el médico hizo el diagnóstico de esquizofrenia por su disposición a ayudarme humanitariamente o por las mentiras que Norma y Pepe dijeron en mi contra; pero allí cometí un error, puesto que el médico hizo ese "diagnóstico" antes (semanas antes) de lo que Norma y Pepe dijeron en mi contra, y éstos lo hicieron aprovechándose del "diagnóstico" que a todas luces el médico hizo por razones humanitarias, tratando ellos ingenuamente de confirmar ese falso diagnóstico, debido a que seguramente él no les dijo nunca que lo estuviera haciendo por esas razones, puesto que de hecho eso no me lo dijo explícitamente ni siquiera a mí, aunque Alejandra (su asistente), sí me dijo delante de él que me hiciera "el loco", si trataban de darme de alta en el hospital psiquiátrico, y él se quedó callado como aceptando que así debía ser.

-2:01 Me pregunta Sara si tengo alguna carta en la que Norma me haya dicho algo agresivo, como que soy tonto o flojo, y le digo que no, sin mencionarle, por supuesto, que aunque tal vez no tengo ninguna carta de papel en ese sentido, sí tengo muchas grabaciones de audio y muchas otras cosas (como, por ejemplo, documentos, fotografías y videos) que prueban mucho más que eso el hecho de que Norma ha hecho muchas cosas en mi contra. Obviamente aunque ella y todos mis demás hermanos han sido tan ingenuos como para no pensar que seguramente he estado grabando casi todas las conversaciones que hemos tenido entre nosotros,* muy difícilmente serían tan ingenuos como para entregarme un documento manuscrito en que me amenacen o agredan. Y, sin embargo, sí tengo algunos recados manuscritos por Norma que ella me entregó y que demuestran abusos suyos y de otros miembros de esta familia.

-2:04 Menciona Sara que ella no se acuerda de muchas cosas, y ello en parte seguramente tenía como propósito reconocer en menor medida su capacidad para juzgar respecto a lo que le dije, y de ese modo contradecir lo menos posible a los demás hermanos. Y añadir el hecho de que aun cuando así fuera, Norma no ha mostrado nunca tener mejor memoria que Sara, ni tener mejor capacidad para juzgar a las personas, ni trabajar más, ni tener más conocimientos. Las dos en realidad son personas extremadamente limitadas en todos esos aspectos; pero incomparablemente más Norma que Sara, puesto que Norma toda su vida ha dependido económicamente de otra persona, y Sara no (en lo esencial). Y Norma es la persona que menos ha trabajado en toda la familia, y es también por mucho la más ignorante de todas; mucho más incluso que Sara, Ricardo, Juan y Pepe (José César), que son también extremadamente ignorantes. Al mismo tiempo, en toda la familia Patrón Zepeda quien más ha trabajado (hasta febrero de 2009), sin ninguna duda soy precisamente yo, por mucho, y puedo y voy a demostrarlo mediante pruebas.

* Sin embargo, cuando menos desde marzo de 2009 lo han sospechado, debido a que entre mis pertenencias personales que en el hospital psiquiátrico de Culiacán les entregaron enseguida de que allí me recluyeron, estaba mi micrograbadora.


Como vi que después de 10 minutos de que colgamos (a las 15:07 hrs.) no recibí ninguna llamada y mi teléfono estaba emitiendo intermitentemente un extraño bip, decidí volver a llamarle por teléfono a Sara.

-15:17 Llamada al 983-20-11 a Sara. Dice que me va a mandar el dinero ($310.00 pesos, para la comida) con Daniela, que está por salir.

Enseguida de eso me pidió que la esperara, porque, dijo, tenía que decirle algo a Daniela, y tardó como 6 minutos en regresar al teléfono (hay como 6 minutos de silencio poco después del inicio de esta grabación). Cuando regresó le dije que le estaba platicando hace rato [en nuestra anterior plática por teléfono] acerca de mi intento de suicidio de abril de 2009. Le expliqué que luego de irme a Tijuana y a la ciudad de México tuve que regresar a Mazatlán debido a los efectos adversos de las inyecciones, porque éstas no me permitían trabajar; y después se me ocurrió irme enseguida a vivir a Estados Unidos y le hablé por teléfono a Jorge para pedirle ayuda para conseguir la visa, y él me dijo que no, que no estaba de acuerdo. Enseguida del intento de suicidio Daniel, en el Hospital General, me prometió que me iba a ayudar a conseguir en tres meses la visa para irme a Estados Unidos. Pero pasaron muchos meses sin que Daniel me ayudara, y en noviembre de 2010 él me dijo que la cuenta bancaria que en en BBVA Bancomer él había abierto a mi nombre supuestamente para ayudarme a conseguir la visa, estaba en ceros (aunque días antes había en ella $15,000.00 pesos), y eso me hizo sentir muy deprimido.

Le dije que he estado en aislamiento completo en Mazatlán en los últimos dos años y medio, y que por estudios clínicos que han hecho psicólogos y psiquiatras con presos a los que en las cárceles se les castiga sometiéndolos a completo aislamiento se sabe que el aislamiento completo es muy perjudicial, porque llega a provocar problemas psiquiátricos, entre ellos principalmente la depresión, en quienes lo padecen. Le dije que lo único que me ha permitido sobrevivir a este aislamiento casi completo y a esta adversidad de los efectos de las inyecciones de Clopixol, es una relación que tengo con una novia de Estados Unidos, a través de Internet; "Es el único vínculo social que tengo", "Es un vínculo social muy importante, es la relación más importante tal vez que he tenido en mi vida", le dije. Le dije que son sólo $200.00 pesos lo que Daniel está poniendo de los $400,00 pesos mensuales en total de mi conexión a Internet, y ella (Sara) está poniendo los otros $200.00 pesos. Y añadí: "Me parece injusto, insensato, imprudente que por $200.00 pesos mensuales se vayan agravar mucho más la cosas en mi situación, porque sería ponerme en aislamiento total, que es algo muy insano, es algo que no es sano para ningún ser humano, para ningún animal". Le dije que son las 3:36 (de la tarde). Me dijo (en cuanto a mi necesidad de conservar la conexión a Internet) "No, sí te entiendo, Roberto, sí te entiendo, y estoy de acuerdo contigo en muchas cosas, en muchas cosas estoy de acuerdo contigo". Le dije que le voy a mandar con Daniela una fotocopia de la hoja (la que contiene las muchas mentiras que Norma y Pepe, o sea César, dijeron contra mí al psiquiatra del Reclusorio Norte de la ciudad de México en 2005).

AR-Jun-18-2011 (5) Plática con Sara.mp3    19:56 mins.


-18:10 Vino Daniela. Me dejó $310.00 para la comida de esta semana. Le di una copia fotostática, por los dos lados, de la hoja firmada por el doctor Germán García Ruiz en que aparecen las muchas mentiras que Norma y Pepe (José César) dijeron contra mí a este médico en 2005, cuando estuve en el Reclusorio Norte de la ciudad de México; se la di pidiéndole que se la entregue a Sara. Le pregunté a Daniela como a qué hora cree que ella vaya a llegar a la casa de Sara, y me dijo que como a las 19:30 horas. Le dije que pienso hablarle por teléfono a Sara para decirle algo en cuanto a lo que le envío con Daniela.

AR-Jun-18-2011 (6) Plática con Daniela.mp3    1:28 min.


-19:30 Llamada al 913-18-25 a Daniel, a su casa. Contestó él. Cuando empecé a hablar me interrumpió, tratando de despedirse de mí, diciéndome que está bien "quitar lo de las inyecciones".

Enseguida le dije que necesito decirle algo importante. Le platiqué que mi intento de suicidio de abril de 2009 fue por los efectos adversos de las inyecciones (de Clopixol), y que enseguida él me prometió que me iba a ayudar a obtener la visa para irme a vivir a Estados Unidos; pero que pasó mucho tiempo y en noviembre de 2010 me dijo que la cuenta bancaria que había abierto él para la visa estaba en ceros, y que eso me desesperó mucho. Le dije que estoy extremadamente aislado desde hace casi dos años y medio, en un aislamiento completo en cuanto a la gente de Mazatlán (aquí trató de despedirse otra vez de mí), y que esto, además de la desesperanza de irme a Estados Unidos próximamente, me ha deprimido mucho, y lo único que me ha permitido sobrevivir a esto es una relación que tengo a través de Internet con una novia que tengo en Estados Unidos. Le dije que necesito que no me suspendan la conexión a Internet. Me dijo: "Pero cuando te quiten las inyecciones pues vas a poder trabajar como me habías comentado, ya vas a poder salir del departamento" (aquí, por supuesto, Daniel debería haber dicho "cuarto", no "departamento", pues estoy en un "cuarto" y no en un "departamento").

Le dije que Jorge me sugirió antier que les propusiera que esperáramos seis meses para ver si se pasan los efectos adversos de las inyecciones, y que después de ese tiempo yo consiguiera trabajo. Le dije que necesito referencias personales para poder conseguir un empleo, y que tendrían que ser de algunos de los cuñados, y, para que se sientan motivados a dar buenas referencias de mí, añadí que es necesario el compromiso de que no se me retire la ayuda económica mientras no haya conseguido empleo. Me contestó que le parece mucho tiempo (los seis meses). Trató de despedirse otra vez de mí.

Le dije que es necesario que después de que yo esté trabajando ellos sigan aportando lo del cuarto donde yo esté "viviendo", porque no puedo regresar a la casa de la calle Constitución (a mi casa) a consecuencia de que me sacaron en ambulancia de allí. Me dijo que no está de acuerdo "en todo esto". Trató de despedirse otra vez de mí.

Le dije que [la renta de dicho cuarto] en parte se pagaría con lo que él le está cobrando a Polo de renta [por estar éste viviendo en mi casa]. Me dijo que [lo de la renta que él está cobrando a Polo] son $400.00 pesos. Y añadió: "Eso es todo lo que habría nada más, ese dinero, es todo lo que habría". Le dije que si regreso [a mi casa] voy a tener problemas más fuertes que antes. Trató de despedirse otra vez de mí.

Le dije que si quiere lo platique con Jorge. Trató de despedirse otra vez de mí. Dice que va a platicarlo con Jorge. Le dije que necesito que no me suspendan el Internet; que no me parece justo, ni sensato, ni prudente que por $200.00 pesos que él está poniendo mensualmente se agraven mucho más las cosas, se empeore mucho más mi situación, aislándoseme por completo. Me dijo: "Bueno, pero es que lo que pasa es que tú ya con eso tienes que salir". Le dije: "Sí, pero eso cuando pueda conseguir trabajo". Me dijo: "Pero puedes hacer lo que hacías antes, la venta de los libros" (esta fue la última vez que se escuchó a Daniel hablar en esta llamada). Le dije que para eso yo necesitaría vivir en el centro [de la ciudad] para poder estar cerca de la plazuela Machado porque ese es el único lugar donde se venden bien los libros en Mazatlán; o conseguir un empleo aunque sea como velador con las referencias que le digo, y seguir "viviendo" donde estoy ahorita, para pagar mi alimentación y mi Internet a partir del momento en que pueda trabajar; pero que necesito que en el tiempo que pase, en estos seis meses por ejemplo, no me suspendan el Internet. Enseguida me di cuenta de que Daniel ya no estaba escuchándome, y colgué el teléfono (a las 19:49 horas), después de tratar varias veces de hacer que me respondiera. En esta llamada hice cuatro propuestas a Daniel y no aceptó ninguna de ellas.

AR-Jun-18-2011 (7) Plática con Daniel.mp3    18:25 mins.


-19:50 Traté de llamar por teléfono otra vez a Daniel, pero me di cuenta de que sólo la base de mi teléfono está funcionando (y al parecer incompletamente); la parte donde están el auricular y el micrófono está completamente muerta; tal vez se descargó la batería del teléfono; durante algunas horas previas a este problema estuvo el teléfono emitiendo intermitentemente un bip, probablemente como señal de dicha descarga.


-20:33 Timbró mi teléfono varias veces (no sé de quién es la llamada, porque no apareció el número de teléfono de origen en mi teléfono; probablemente es de Sara), más quedo de lo normal. No puede contestarse la llamada porque sólo la base del teléfono está funcionando (y al parecer incompletamente); la parte donde están el auricular y el micrófono sigue completamente muerta.


-20:34 Timbró mi teléfono otra vez varias veces. El mismo resultado que a las 20:33 horas.


-20:40 Llamada al 913-18-25 a Daniel, a su casa, desde un teléfono público. Contestó él. Le dije que se cortó la llamada, porque se me descargó la batería del teléfono. Me dijo que le hable por teléfono "la semana que entra", que va a hablar con Jorge y con Norma. Le dije "voy a necesitar mucho el Internet mientras pasa este tiempo en el que se me pasan los efectos". Me dijo otra vez que le hable por teléfono "la semana que entra", y añadió: "es que no te escucho nada". Quedé en llamarle después.

AR-Jun-18-2011 (8) Plática con Daniel.mp3    1:09 min.


-22:45 Llamada al 983-20-11 a Sara, desde un teléfono público. Contestó ella. Le dije que estoy en un teléfono público, porque se me descompuso el teléfono. Dice que casi no me oye, y que como a las 20:30 horas me habló por teléfono y [mi teléfono] la "mandaba al buzón". Me dijo: "No te oigo casi". Le dije que después le llamo porque le quiero decir algunas cosas sobre la hoja que le mandé. Dice que en 10 minutos me marca para ver si ya entran las llamadas.

AR-Jun-18-2011 (9) Plática con Sara.mp3    2:28 mins.


-22:51 Timbró mi teléfono varias veces (no sé de quién es la llamada, porque no apareció el número de teléfono de origen en mi teléfono; pero es casi seguro que es de Sara), más quedo de lo normal. No puede contestarse la llamada porque sólo la base del teléfono está funcionando (y al parecer incompletamente); la parte donde están el auricular y el micrófono sigue completamente muerta.


-23:04 Timbró otra vez mi teléfono varias veces. Igual que a las 22:51 horas

Mazatlán, Sinaloa; domingo 19 de junio de 2011

-10:00 Timbró mi teléfono varias veces (no sé de quién es la llamada, porque no apareció el número de teléfono de origen en mi teléfono; muy probablemente es de Sara), más quedo de lo normal. No puede contestarse la llamada porque sólo la base del teléfono está funcionando (y al parecer incompletamente); la parte donde están el auricular y el micrófono está completamente muerta; tal vez se descargó la batería del teléfono; durante algunas horas previas a este problema estuvo el teléfono emitiendo intermitentemente un bip, probablemente como señal de dicha descarga. Sin embargo, ya pasaron casi doce horas desde la anterior llamada, en que el teléfono al parecer quedó bien colgado, y no ha vuelto a funcionar; sigue igual que ayer.

 

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